Seguramente las natillas nacieron de la alimentación a bebés cuya mamá no tuviese leche para amamantarlos.
Me cuenta mi mamá que cuando ella nació a su mamá se le retiró la leche y no pudo darle de comer por lo cual como la señora AM acababa de tener a su hijo y tenía buena leche, a la vez de a su hijo A. también la alimentó a ella durante los primeros meses de vida así que fue su salvación como nodriza.
Y como continuación cocían leche de vaca o de cabra, le echaban harina y azúcar y ya tenían una papilla nutritiva.
Cuando mis hermanas gemelas eran bebés, alguna vez les dimos de comer una papilla que se obtenía tostando harina de trigo en un cazo y cuando comenzaba a adquirir un tono dorado, se le añadía leche con azúcar, se daba vueltas y se sacaba del fuego cuando había espesado y se le añadía una yema de huevo. Era una papilla muy buena.
Mis abuelos las comieron como postre alguna vez.
Pues esto evolucionó en un postre tan rico y nutritivo como son las natillas.
Y os voy a dar mi receta la cual me enseñó mi madre.
Ingredientes:
4 huevos
3 cucharadas colmadas de harina de repostería
4 cucharadas colmadas de azucar moreno
3/4 l. de leche
la ralladura de un limón
6 galletas tostadas redondas (Tipo galleta María)
1 pizca de sal
Canela en polvo
Para el merengue:
3 claras de huevo
3 cucharadas de azúcar
1 cucharadita de jugo de limón.
Preparación:
Lavar bien un limón, secad bien y rallar .
Separad las yemas de las claras, cuidando de no romper la yema y que no le toque a las claras, pues si ocurre esto, no podréis hacer el merengue, pues no subirán las claras.
De los 3/4 l. de leche, separad un vaso para mezclar con harina. El resto de la leche con el azúcar, la ralladura del limón y un polvo de canela ponedlo a hervir el un cazo.
Batid bien las cuatro yemas con la harina y una pizca de sal y cuando la leche haya hervido, la sacáis del fuego y añadís la mezcla del vaso y con un batidor manual o una paleta, batís bien la mezcla y volvéis el cazo a fuego medio o bajo y se bate seguido hasta conseguir una crema homogénea y suave y entonces se retira del fuego y se vierte en una fuente ancha o en tazones individuales y se van colocando las galletas María sobre la crema.
Preparad el merengue, primeramente batiendo bien rápido las claras con el jugo del limón y luego añadiendo las 3 cucharadas de azúcar hasta conseguir un merengue esponjoso y pasad a una manga pastelera, aunque yo añado el merengue con una cuchara y me sale bastante "casero".
Poner una cucharada de merengue sobre las galletas, cubriéndolas y se le espolvorea un poco de canela en polvo, una lluvia finita nada más.
Yo había hecho una mermelada de fresas naturales que me quedó perfecta y una poca que no emboté, la puse por encima del merengue como un toque de innovación y tuve éxito en la mesa.
Se dejan enfiar y se pueden guardar en frigorífico.
Espero que las hagáis y que os gusten. Es un postre sencillo, nutritivo y bonito y sobre todo es una receta muy antigua que no hay que perder.
Mucho cariño.
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