Después de una larga caminata hasta Doney a primera hora de la mañana, he llegado a las nueve a casa y aunque es verano, todavía viene un céfiro norteño frío a estas horas de la mañana y he pensado que a parte de una buena ensalada de lechuga, cebolleta fresca, pimiento verde, tomate y aguacate y un poco de arroz blanco, voy a cocinar unas albóndigas de carne de ternera de la zona, la cual es muy saludable pues las vacas están pastando todo el día y comen hierba de los mejores pastos.
Os voy a decir cómo las he cocinado hoy es por esto que las he llamado "a mi estilo" aunque vosotras/os también podéis hacerlas igualmente.
El arroz blanco lo preparo sencillamente con dos puñados de arroz en un litro de agua hirviendo al que he añadido un chorro de aceite, dos hojas de laurel y sal yodada.
Se deja cocer suavemente y cuando está cocido, lo pongo en un colador grande que ya tengo al efecto, y lo paso por agua fría; es así cómo sale bien suelto, libre del almidón.
Para las albóndigas os digo a continuación los ingredientes:
1/2 Kg de carne picada de ternera
sal yodada
una cucharada de ajo en polvo
una cucharilla de nuez moscada
una cucharilla de pimienta negra molida
una cucharilla de tomillo
tres ramas de perejil fresco bien picadito
un huevo
dos cucharadas de harina
Una cebolleta
1 diente de ajo
1 boletus edulis
1 vasito de vino blanco
Preparación:
Se pone la carne en un bol y se le añaden todas las especias, sal al gusto, (aunque yo no les pongo sal pues con las especias ya tienen un buen toque de sabores)el huevo y se envuelve todo bien con un tenedor. Cuando se han mezclado todos los sabores con la carne, se le añaden las dos cucharadas de harina y se deja reposar un cuarto de hora.
Se van formando bolas de tamaño medio y se pasan a un plato.
En una sartén se pone un buen chorro de aceite de oliva y se lleva a fuego medio y cuando está a punto se van echando las albóndigas a freír y se fríen hasta que estén tomando un color dorado y se pasan a una perola de acero. En la misma aceite en que se han frito, se corta la cebolleta el láminas y se fríen junto con un diente de ajo cortado a láminas y cuando esté pochada se le añade un chorro de vino blanco se dan una vueltas con la cuchara de madera y se le adjunta una boletus edulis rallada con el rallador manual, se sofríe y se echa a la perola donde están las albóndigas. Se añaden un par de vasos de agua y se dejan a fuego medio unos diez minutos y luego se retiran y se tapan.
Como veis, esta combinación del arroz blanco con la carne en salsa y esta seta reina de la creación es un plato perfecto de sabores para deleitar al paladar mas exquisito. Os animo a que la hagáis alguna vez. Os prometo que no defraudaréis a nadie.
Imaginad que a estas alturas de junio ya no se ven en los bosques muchas setas, y además este año no ha
llovido desde marzo, no obstante aún hemos encontrado algunos ejemplares y los voy utilizando en diferentes platos cada día. Otro día os prometo que os daré otra receta que haya probado y comprobado con esta boletus exquisita.
Mucho cariño y ¡ buen provecho ¡